Cuando se trata de salud, el bienestar mental y físico están en primer plano. Haces ejercicio, comes bien y mantienes el estrés bajo control. Pero, ¿Qué hace usted por su piel?, hemos hablado con expertos para pedirles sus consejos. A continuación, sus principales consejos para mantener la piel fuerte y sana.
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1. Beber agua potable
Puede que beber agua no repercuta directamente en los niveles de hidratación de la piel, pero beneficia indirectamente a su órgano más grande. El cuerpo necesita una buena hidratación para realizar las funciones clave de una piel sana. Cuando está hidratada, puede transportar más eficazmente los fluidos beneficiosos y eliminar las toxinas no deseadas, lo que ayuda a minimizar la inflamación y a reforzar la barrera de humedad de la piel.
El agua también es esencial para la producción de proteínas estructurales, como el colágeno y la elastina, que mantienen la piel fuerte, rellena y elástica. Así que, aunque ocho vasos de agua al día no sean la cura milagrosa que buscas, sí ayudan a mantener un cutis sano y joven.
Hay varias maneras de garantizar que su cuerpo reciba la hidratación que necesita. Además de beber agua, puedes incorporar a tu dieta diaria alimentos ricos en agua. Alimentos como los pepinos, los tomates, las sandías y las fresas contienen más del 90% de agua, lo que los convierte en excelentes fuentes de hidratación.
Otra buena opción es el apio. La experta en bienestar Genieve Burley dice: “El apio tiene grandes nutrientes. El zumo de apio elimina el tallo fibroso y concentra todas las potentes vitaminas y minerales del apio. También es un alcalinizante, antiinflamatorio y una planta milagrosa en todo el sentido de la palabra.”
2. Rellenar la ingesta diaria de alimentos con antioxidantes
No es ningún secreto que los antioxidantes son las superestrellas del cuidado de la piel. Pero, ¿Qué hacen realmente? En pocas palabras: los antioxidantes neutralizan y protegen al organismo de los radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables y altamente reactivas que provienen de diversas fuentes, como los contaminantes del aire, los productos químicos, los rayos UV y el humo del cigarrillo. Estos átomos carecen de un electrón y, en un esfuerzo por estabilizarse, buscan otras moléculas con las que enlazarse. Si este proceso continúa, se desencadena el estrés oxidativo, que interviene en el envejecimiento prematuro de la piel.
Los antioxidantes son vitaminas y minerales naturales que combaten los radicales libres dándoles un electrón, reduciendo su reactividad y protegiendo su piel de los daños. Su cuerpo produce antioxidantes de forma natural, pero también puede encontrarlos en alimentos comunes como las bayas y las verduras de hoja verde, así como en fuentes sorprendentes como el café y las palomitas de maíz. Estos son algunos antioxidantes comunes que son beneficiosos para la piel y los alimentos en los que se encuentran:
- Vitamina C: La mayoría de las frutas y verduras, especialmente las bayas, las naranjas y los pimientos.
- Vitamina A: leche, mantequilla y huevos
- Vitamina E: Frutos secos, semillas y verduras de hoja verde
- Betacaroteno: frutas y verduras de colores vivos como las zanahorias, los mangos y las espinacas.
- Licopeno: Frutas y verduras de color rojo y rosa, como la sandía y los tomates.
- Luteína: verduras de hoja verde, maíz, papaya y naranjas.
- Antocianina: alimentos de color púrpura como los arándanos, las granadas y la remolacha.
- Catequinas: té verde, chocolate negro, bayas
3. Comer grasas saludables
Otros componentes clave de una piel sana son los ácidos grasos esenciales (AGE), como el omega-3 (ácido linolénico) y el omega-6 (ácido linoleico). Estas grasas saludables son los componentes básicos de las membranas celulares sanas y forman parte de la barrera de hidratación de la piel. Además de ayudar a la piel a retener la humedad y a absorber las vitaminas y minerales beneficiosos, una barrera lipídica sana mantiene alejados los agentes irritantes que pueden causar sequedad e inflamación.
A diferencia de los antioxidantes, los AGE no pueden ser sintetizados por el organismo y deben proceder de la dieta o de productos tópicos para el cuidado de la piel. He aquí algunas fuentes de estas grasas beneficiosas:
- Omega-3: salmón, caballa, sardinas, linaza, semillas de chía, nueces, huevos.
- Omega-6: aceite de soja, nueces, semillas de girasol, almendras, anacardos.
- Un ácido graso no esencial (“no esencial” en el sentido de que su cuerpo puede producirlo por sí mismo) es el omega-9 (ácido oleico). Estos aceites altamente oclusivos son especialmente beneficiosos para la piel seca por su capacidad de retener la humedad y calmar la piel. Las fuentes de omega-9 incluyen el aceite de oliva virgen extra, el aceite de rosa mosqueta, el aguacate, las nueces y el aceite de sésamo.
4. Limitar la exposición al sol
Una de las mayores amenazas para una piel sana es la exposición al sol. Los rayos UV son la principal causa del melanoma, que la Skin Cancer Foundation cita como la forma más común -y más peligrosa- de cáncer de piel. La Sociedad Americana del Cáncer predice que solo en 2019 se diagnosticarán 96.480 nuevos casos de melanoma en Estados Unidos. La forma de actuar para minimizar el riesgo de desarrollar un melanoma es protegerse de la exposición a los rayos UV: buscar la sombra, aplicarse cremas de protección solar y llevar ropa protectora.
La exposición al sol también contribuye al envejecimiento prematuro de la piel. Boldijarre Koronczay, presidente de Eminence Organics, afirma que “los rayos UVA destruyen el colágeno, contribuyen a la falta de elasticidad y de tono y provocan un aspecto más grueso de la piel. Los daños causados por el sol pueden hacer que la piel adquiera un aspecto correoso, salpicado por la aparición de líneas y arrugas profundas. Con el tiempo, las manchas de la edad y del hígado también aparecen debido al daño solar acumulado por años de exposición. Además de proteger su piel con cremas de protección solar, incorpore a su rutina productos de alta calidad para después de exponerse al sol para mejorar sus posibilidades de minimizar los daños.

5. Limite su consumo de azúcar
El azúcar es uno de los peores culpables del envejecimiento de la piel. ¿Recuerdas los radicales libres? En un proceso llamado glicación, el azúcar se une a las proteínas para producir esas mismas moléculas inestables. Los radicales libres no sólo destruyen el colágeno y la elastina (proteínas estructurales que mantienen la piel fuerte y flexible), sino que también impiden que el cuerpo produzca más. Sin estos componentes esenciales, la piel pierde su fuerza y elasticidad, y las líneas de expresión y las arrugas empiezan a aparecer.
Si no puedes eliminar los dulces de tu dieta, prueba a cambiar los traviesos por los naturales. La entrenadora de Nike, Betina Gozo, sugiere: “Si eres una adicta a los dulces como yo, sustituye esos antojos por algo como las bayas, de tamaño y dulzura similares, para frenar tus antojos”. Si eres una persona a la que le encanta el chocolate, entonces prepara un batido con cacao o -mi favorito- ¡haz un “helado” con un plátano congelado y añádele trocitos de chocolate negro!”
6. Limitar el estrés
Ya sea porque acelera el proceso de envejecimiento, aumenta la sensibilidad o provoca brotes, el estrés tiene la mala costumbre de aparecer donde no se quiere: en la piel. Una de las formas en que el estrés afecta a la piel es desencadenando la liberación de cortisol (llamada acertadamente la “hormona del estrés”).
Los niveles elevados de cortisol aceleran el proceso de envejecimiento al destruir el colágeno y la elastina; también hace que la piel produzca más grasa, lo que contribuye al desarrollo del acné. Durante los periodos de estrés, el cuerpo también libera sustancias químicas inflamatorias, como las interleucinas, como parte de su respuesta de lucha o huida. Aunque la inflamación es necesaria para proteger su salud, puede agravar los ya incómodos problemas de la piel.
“Respira más profundamente. Tómate el tiempo de notar tu respiración. Cuando la respiración es superficial, indica que el cuerpo está contraído y tenso. ”
Una buena manera de limitar el estrés es tomarse un descanso. Genieve sugiere empezar el día con ejercicios de enraizamiento como la respiración profunda y la meditación: “Respira más profundamente. Tómate el tiempo de notar tu respiración. Cuando la respiración es superficial, indica que el cuerpo está contraído y tenso. Tómate el tiempo de notar tu respiración, aumenta la duración de la inhalación y la exhalación y nota cómo se relaja tu cuerpo”.
Betina también menciona los beneficios de la práctica de la meditación: “Empecé a practicar la meditación hace apenas dos años. Me ha ayudado a mantener los pies en la tierra, a ser menos reactiva y, en general, a estar más presente y feliz”.
7. Ejercita tu cuerpo regularmente
El ejercicio regular puede hacer maravillas para mantener y mejorar la salud de su piel. Un entrenamiento sudoroso eleva el ritmo cardíaco y aumenta el flujo sanguíneo, que es necesario para llevar oxígeno y vitaminas y nutrientes esenciales a las células. El ejercicio regular también puede contrarrestar el proceso de envejecimiento al reducir los niveles de cortisol y activar la liberación de endorfinas curativas.
Genieve dice: “Mover el cuerpo es una medicina. Desintoxica mediante el lavado de todos los órganos, aumenta la respiración, lubrica las articulaciones y fortalece los músculos. La respiración y el movimiento pueden ayudar a equilibrar las hormonas y a mover los desechos que están estancados en los intestinos. Todo ello conduce a una piel más sana y feliz”.
Una cosa a tener en cuenta: siempre hay que limpiar la piel después de un entrenamiento. La sudoración es una forma natural de desintoxicación de la piel, pero sin una buena limpieza, las toxinas liberadas pueden volver a introducirse en los poros. Dedica un tiempo extra después de tu entrenamiento para enjuagar el sudor y los restos de tu piel y así poder aprovechar todos los beneficios de tu entrenamiento.
8. Prueba una desintoxicación digital
Una de las últimas grandes tendencias en materia de spa y bienestar es desconectarse de los dispositivos, especialmente antes de acostarse. ¿Por qué? MindBodyGreen explica: “Apagar los aparatos electrónicos y las luces puede ayudar a tu cuerpo a hacer lo que necesita por la noche: producir melatonina y calmarse para dormir. Durante la fase REM es el momento ideal para que la piel se repare y regenere: la melatonina neutraliza los daños ambientales, la hormona del crecimiento humano acelera la regeneración celular y las células madre del cuerpo se reproducen a mayor velocidad.
Betina aconseja: “Deja de desplazarte por el teléfono o de estar en el ordenador al menos una hora antes de acostarte. De hecho, si puedes, intenta evitar todas las pantallas cuando se ponga el sol. Vale, seamos sinceros, esto es casi imposible, así que sugiero usar bloqueadores de luz azul. Esto no sólo le ayudará a no dañar sus ojos con la luz de la pantalla, sino que, una vez que se ponga el sol, también le ayudará a producir melatonina, lo que no ocurrirá si se expone a la luz azul. Aprovecha tu sueño bloqueando esa luz o alejándote de esas pantallas”.
9.Dormir durante 8 horas
Dormir lo suficiente es tan importante como desconectar antes de acostarse. De hecho, los estudios demuestran que la falta de sueño contribuye a aumentar las líneas de expresión y las arrugas, al tono desigual de la piel y a la reducción de su elasticidad.
Genieve insiste: “¡Duerme más! Dormir menos de 8 horas es tan lamentable… Cuanto más duermas, más sano estarás. Todos los procesos de reparación ocurren cuando el cuerpo está en sueño profundo. Es durante este tiempo cuando se producen las hormonas y los neurotransmisores que crean una salud óptima, combaten las enfermedades y actúan sobre el tejido epidérmico, los músculos y las articulaciones”. Si duermes las horas suficientes, le das a tu cuerpo tiempo para realizar las funciones que mantienen tu piel sana.
“Cuanto más duermas, más sano estarás. ”
Los expertos también destacan la importancia de la calidad del sueño. El doctor Michael Breus, especialista en sueño certificado, sugiere mantener un horario regular de sueño y vigilia para mejorar la calidad del mismo. Según explica a MindBodyGreen, “todas las mañanas, cuando te despiertas a la misma hora, recibes la luz del sol a través de los ojos, lo que ayuda a restablecer tu ritmo circadiano. Este reajuste tiene un impacto en todos los sistemas de órganos y en todos los estados de enfermedad. Además, su cerebro sabe entonces cuándo debe dormirse y cuándo debe despertarse, lo que permite que su ciclo de sueño sea más eficiente y aumente el sueño profundo”.
10. Utilizar productos naturales para el cuidado de la piel
Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu piel es incorporar ingredientes y productos naturales a tu rutina de cuidado de la piel. Al elegir un cuidado natural de la piel, evitas exponerla a productos químicos agresivos que pueden alterar su barrera de hidratación y causar irritación y sequedad. Además, los ingredientes naturales, orgánicos y biodinámicos son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes que mejoran la salud de su piel con el tiempo.
Se ha descubierto que los cultivos biodinámicos contienen hasta un 13% más de potasio, un 20% más de sodio, un 34% más de hierro y un 47% más de vitamina C que los ingredientes cultivados de forma convencional.