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¿Cómo funciona el tacto?
El tacto funciona a través de receptores sensoriales ubicados en la piel y las mucosas (receptores táctiles, receptores de calor, receptores del dolor), los músculos, los tendones y las articulaciones (receptores propioceptivos).
Las diferentes modalidades sensoriales pueden agruparse en dos categorías: los sentidos generales y los sentidos especiales.
Los sentidos generales incluyen los sentidos somáticos y viscerales. Los sentidos somáticos incluyen los superficiales o exteroceptivos (tacto, dolor y temperatura superficial) y los propioceptivos o profundos (de músculos y articulaciones, movimientos de cabeza y extremidades). Las sensaciones viscerales proporcionan información sobre el estado de los órganos internos.
Los sentidos especiales incluyen las modalidades de olfato, gusto, vista, oído y equilibrio.
Vías sensitivas somáticas
Cuando los receptores sensoriales son estimulados, transmiten su información al SNC a través de una serie de neuronas interconectadas llamadas de primer, segundo y tercer orden. Las neuronas de primer orden son las que se encuentran en los ganglios de la raíz posterior de la médula espinal. Las neuronas de segundo orden se encuentran en la médula espinal o en el tronco cerebral y conducen los impulsos al tálamo. Las neuronas de tercer orden se encuentran en el tálamo y transmiten impulsos al área somatosensorial de la corteza cerebral.
Una vez que las fibras sensoriales llegan a la médula espinal, viajan a la corteza cerebral por dos vías generales: la vía cordal posterior y la vía espinotalámica.
La vía cordal posterior está formada por fibras sensoriales que transmiten la sensación propioceptiva, el tacto discriminativo y la estereognosia (reconocimiento de forma, textura y tamaño). Estas fibras, tras entrar en la médula espinal a través de la raíz posterior, se sitúan en los cordones posteriores (fascículos de Goll y Burdach), ascendiendo hacia el bulbo, donde hacen sinapsis con la neurona de segundo orden. El axón de la neurona de segundo orden cruza la línea media y llega al tálamo, donde hace sinapsis con la neurona de tercer orden, que transmite los impulsos sensoriales al área somatosensorial (giro parietal ascendente).
La vía espinotalámica está formada por fibras que transmiten la sensibilidad termoalgésica y el tacto no discriminatorio. Estas fibras entran en la médula espinal a través de la raíz posterior y se localizan en la materia gris medular donde se sincronizan con la neurona de segundo orden. Los axones de estas neuronas cruzan al lado opuesto y ascienden al tálamo en haces espinotalámicos. En el tálamo, hacen sinapsis con la neurona de tercer orden, cuyo axón se proyecta al área somatosensorial de la corteza cerebral.
En el área somatosensorial, las neuronas están dispuestas de tal manera que cada región del cuerpo está representada en la corteza cerebral. Algunas partes del cuerpo, como los labios, la cara, la lengua y el pulgar, están representadas por zonas más grandes del córtex somatosensorial, cuyo tamaño relativo es proporcional al número de receptores sensoriales de esa parte del cuerpo.