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¿Qué son los grupos sanguíneos?
En los hematíes del hombre, en la superficie de la membrana celular, se han encontrado, al menos, 30 antígenos que pueden causar reacciones antígeno-anticuerpo, aunque se sabe que existen más de 300 antígenos con menor potencia. Entre los 30 antígenos más comunes, algunos tienen una gran potencia antigénica y suelen causar reacciones por transfusión si no se toman las precauciones adecuadas.
Según los antígenos existentes en las membranas de sus eritrocitos, las sangres se dividen en diversos grupos y tipos. Hay, sobre todo, 2 grupos de antígenos en la membrana de los glóbulos rojos que tienen mayor tendencia a causar reacciones por transfusión:
- Sistema ABO
- Sistema Rh
Grupos sanguíneos ABO
En los eritrocitos de diferentes personas hay 2 tipos de antígenos relacionados entre sí, el antígeno A y el antígeno B. Los antígenos A y B se llaman aglutinógenos porque cuando hay incompatibilidad de la sangre transfundida con la sangre de la persona receptora de la transfusión, al reaccionar los antígenos o aglutinógenos de los eritrocitos transfundidos con los anticuerpos o aglutininas, que se encuentran en el plasma de la persona que recibe la transfusión de sangre, se produce la aglutinación (agrupación) y la destrucción de los hematíes transfundidos.
Las sangres se clasifican en 4 grupos principales dependiendo de la presencia o ausencia de estos 2 antígenos o aglutinógenos en la superficie de los hematíes.
- Sangre de tipo O: Cuando los eritrocitos no tienen ni el antígeno A ni el B.
- Sangre de tipo A: Cuando los eritrocitos solo tienen el antígeno A.
- Sangre de tipo B: Cuando los eritrocitos solo tienen el antígeno B.
- Sangre de tipo AB: Cuando los eritrocitos tienen los 2 antígenos, A y B.
Todas las personas heredan dos genes, uno del padre y otro de la madre, que son los responsables de la existencia de estos dos aglutinógenos. Los tipos A y B se heredan como rasgos dominantes. El grupo sanguíneo queda determinado del siguiente modo: la combinación de genes OO da lugar a la sangre de tipo O; las combinaciones de genes AA y AO, dan lugar a la sangre de tipo A; las combinaciones de genes BB y BO dan lugar a la sangre de tipo B y la combinación de genes AB, da lugar a la sangre de tipo AB.
Pero, además, en los distintos tipos de sangre, se desarrollan unos anticuerpos o aglutininas, capaces de unirse a los aglutinógenos de la membrana de los hematies y producir la aglutinación de los mismos. Estos anticuerpos o aglutininas en la sangre de la persona receptora de la transfusión, constituyen el peligro de una transfusión no compatible.
- En la sangre de tipo A, los eritrocitos solo tienen el antígeno A. Cuando en los glóbulos rojos de una persona no hay antígeno B, su plasma contiene anticuerpos contra ese antígeno, son los anticuerpos o aglutininas anti-B.
- En la sangre de tipo B, los eritrocitos solo tienen el antígeno B. Cuando en los glóbulos rojos de una persona no hay antígeno A, su plasma contiene anticuerpos producidos de forma natural contra ese antígeno, son los anticuerpos o aglutininas anti-A.
- En la sangre de tipo AB, los eritrocitos tienen los 2 antígenos, A y B. Cuando en los glóbulos rojos de una persona hay los antígenos A y B, su plasma NO contiene ninguna de las 2 aglutininas.
- En la sangre de tipo O, los eritrocitos no tienen ni el antígeno A ni el B. La sangre del grupo O no tiene ninguno de los 2 antígenos y, por tanto, su plasma contiene anticuerpos contra los 2 antígenos, las aglutininas anti-A y anti-B.
Inmediatamente después del nacimiento, la cantidad de aglutininas que hay en el plasma es casi nula. A los pocos meses después del nacimiento, el lactante empieza a producir aglutininas. Se alcanza el número máximo de aglutininas entre los 8-10 meses de edad. Luego va disminuyendo gradualmente el resto de la vida. Las aglutininas son inmunoglobulinas igual que los otros anticuerpos y producidas por las mismas células (las células plasmáticas) que elaboran anticuerpos frente a cualquier otro antígeno. Pertenecen a la clase IgM (inmunoglobulinas de tipo M).
Grupos sanguíneos Rh
Además del sistema de grupos sanguíneos ABO hay otros sistemas que tienen importancia en las transfusiones de sangre. El más importante de ellos es el sistema Rh. La principal diferencia entre el sistema ABO y el sistema Rh está en que en el sistema ABO, las aglutininas que causan reacciones de transfusión se desarrollan espontáneamente, mientras que no sucede así en el sistema Rh. En este caso, la persona debe exponerse primero al antígeno Rh, lo que suele producirse por transfusión casi siempre, antes de que se formen suficientes aglutininas para causar una reacción por transfusión importante.
Los eritrocitos pueden tener diferentes antígenos del grupo Rh, pero el más frecuente es el antígeno D. El antígeno de tipo D es el preponderante en la población y es también mucho más antigénico que los otros antígenos del grupo Rh. Se considera que toda persona cuyos hematíes posean el antígeno de tipo D es del grupo Rh+, mientras que las personas cuyos hematíes no lo tienen son del grupo Rh-.
De todos modos no se debe olvidar que incluso en las personas del grupo Rh- pueden producirse reacciones de transfusión por los otros antígenos del grupo Rh.
Puesto que el antígeno D se hereda, al igual que los aglutinógenos A y B, en el plasma de madres Rh negativas que dan a luz un feto Rh positivo, pueden aparecer anticuerpos anti-Rh.
Durante un primer embarazo de un feto Rh+, una madre Rh negativa formará anticuerpos anti-Rh como respuesta a la entrada de hematíes fetales en su sistema circulatorio. Esta inmunización de la madre por los hematíes del feto puede producirse en cualquier momento durante el embarazo, pero es más probable cuando la placenta se separa de la pared del útero, en el momento del parto. Por esta razón, los anticuerpos anti-Rh se desarrollan en la madre después del primer embarazo.
En un segundo o tercer embarazo, si es de un feto Rh negativo no habrá problemas, pero si es de un feto Rh+, estos anticuerpos o aglutininas anti-Rh o anti-D que se encuentran en el plasma de la madre, como son IgG (inmunoglobulinas de tipo G o gammaglobulinas) de un tamaño suficientemente pequeño, pueden atravesar la placenta y alcanzar el sistema circulatorio fetal. Cuando ésto ocurre, puede producirse una grave reacción de aglutinación (agrupación) de los hematíes Rh+ del feto con hemólisis (destrucción) de los mismos. Es lo que se llama la enfermedad hemolítica del recién nacido y si no se toman medidas profilácticas adecuadas, se produce en 1 de cada 160 nacimientos. Aproximadamente, la mitad de los bebés afectados requerirán la sustitución parcial de su sangre por medio de una transfusión.
Si el embarazo es de un feto Rh negativo, no se produce este problema.
La hemólisis fetal puede evitarse inyectando gammaglobulinas anti-D a las madres Rh negativas ya durante el primer embarazo e inmediatamente después del primer parto. Ésto neutraliza cualquier hematíe fetal que pueda estar presente en el sistema circulatorio materno y, por tanto, evita su reconocimiento por los linfocitos B y que se formen anticuerpos anti-Rh en el plasma de la madre.
En el caso del sistema ABO no se producen estos problemas porque estas aglutininas son IgM, de elevado peso molecular, que, por tanto, no cruzan fácilmente la placenta.
Tipifación de la sangre
Antes de administrar una transfusión sanguínea, es necesario determinar el grupo sanguíneo de la persona receptora y el grupo sanguíneo de la persona donante. Es lo que se llama tipificación de la sangre.
Sistema ABO.
En este caso, para tipificar la sangre es necesario utilizar un suero comercial que contenga aglutininas anti-A y otro que contenga aglutininas anti-B. Se pone una gota de la sangre que se quiere tipificar en cada uno de dos portas. En un porta se añade una gota de suero anti-A y en el otro, una gota de suero anti-B.
Si no se produce ninguna aglutinación de los hematíes, la sangre es de grupo O.
Si se aglutinan los hematies de la sangre de los dos portas, la sangre examinada es del grupo AB.
Si solo se aglutinan los hematies de la sangre del porta tratada con suero anti-A, la sangre es del grupo A.
Si solo se aglutinan los hematies de la sangre del porta tratada con suero anti-B, la sangre es del grupo B.
Los hematíes del grupo O no reaccionan con las aglutininas anti-A ni con las anti-B porque no tienen aglutinógenos ni A ni B en su membrana, de ahí que a este grupo se le llame donante universal. Se puede transfundir sangre del grupo O al grupo A, al B, al AB y al O. El grupo O no puede recibir a ninguno de éstos, con excepción del suyo propio, es decir, solo puede recibir al grupo O.
Los hematíes del grupo A reaccionan con las aglutininas anti-A, de modo que no se pueden transfundir al grupo B ni al grupo O. Se puede transfundir sangre del grupo A al grupo A y al grupo AB. El grupo A solo puede recibir sangre de los grupos A y O.
Los hematíes del grupo B reaccionan con las aglutininas anti-B, de modo que no se pueden transfundir al grupo A ni al grupo O. Se puede transfundir sangre del grupo B al grupo B y al grupo AB. El grupo B solo puede recibir sangre de los grupos B y O.
Los hematíes del grupo AB tienen ambos aglutinógenos y por tanto no se pueden transfundir ni al grupo A ni al B ni al O. Solo se puede transfundir sangre del grupo AB a su propio grupo, al grupo AB. En cambio estas personas pueden recibir transfusiones de todos los grupos (O, A, B y AB) porque no tienen aglutininas en su plasma. De ahí que a este grupo sanguíneo se le llame receptor universal.
Nota: Las aglutininas presentes en la sangre de un donante no suelen provocar reacciones adversas en la persona receptora porque se diluyen en la sangre de la persona receptora.
Sistema Rh
Para tipificar la sangre según el sistema Rh, se realiza una prueba similar a la del grupo ABO, utilizando diferentes sueros comerciales anti-Rh. Si una persona Rh- núnca se ha expuesto a sangre Rh+, la transfusión de esta sangre no le causará una reacción inmediata. En algunas de estas personas se forman suficientes anticuerpos anti-Rh durante las siguientes 4-6 semanas como para causar aglutinación de los hematies transfundidos que aún se encuentren circulando por la sangre, pero como ya quedan pocos hematíes, no suele ser un gran problema. Por el contrario, si se realizan nuevas transfusiones de sangre Rh+ a estas personas, como ahora ya están inmunizadas contra el factor Rh y han desarrollado anticuerpos anti-Rh, la reacción postransfusión aumenta considerablemente y puede ser tan grave como la que ocurre con los tipos de sangre A y B.
En cambio, una persona Rh+ podrá recibir sangre tanto de su grupo como del grupo Rh-.
Reacciones por transfusión sanguínea
Cuando se realiza una transfusión con sangre incompatible, los anticuerpos o aglutininas de la persona receptora de la sangre transfundida, reaccionan contra los antígenos de la membrana de los eritrocitos de la sangre donante. Los eritrocitos de la sangre donante, entonces, son aglutinados. Es decir, las aglutininas se adhieren a los eritrocitos y, como las aglutininas se puedan unir a varios eritrocitos a la vez, se forman acúmulos de hematíes que pueden obstruir vasos sanguíneos pequeños de todo el organismo. Los neutrófilos y macrófagos fagocitan estos acúmulos de hematíes y liberan su hemoglobina a la sangre. Se produce, pues, una lisis (hemólisis =destrucción) de los hematíes donantes con salida de su hemoglobina a la sangre circulante.
Todo esto provoca la existencia de una gran cantidad de hemoglobina libre en el plasma. Esta hemoglobina, no puede ser eliminada por los riñones y precipita, obstruyendo los túbulos renales, ocasionando una insuficiencia renal aguda que puede ser letal.