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Las vías urinarias intrarrenales
Es el conjunto de conductos excretores que llevan la orina final desde el parénquima renal hasta el exterior del riñón: los cálices más pequeños y más grandes, la pelvis renal.
Los cálices menores son estructuras visibles macroscópicamente, con forma de copa, situadas en el seno renal. Recogen la orina de los conductos papilares que drenan en la papila renal (parte superior perforada de cada pirámide medular). En cada riñón hay tantos cálices pequeños como pirámides, es decir, entre 8 y 18.
Los cálices más grandes, de 2 a 3 por riñón, conducen la orina desde los cálices más pequeños hasta la pelvis renal.
La pelvis renal está formada por la unión de los grandes cálices, es un reservorio con una capacidad de 4-8 cm3 de orina, tiene una actividad contráctil que contribuye al flujo de orina. La pelvis renal tiene una parte intrarrenal, situada en el seno renal, y una parte extrarrenal, a partir del hilio, que se estrecha progresivamente hasta continuar con el uréter.
Las vías urinarias extrarrenales
Son los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra: la pelvis renal de cada riñón se prolonga por el uréter correspondiente; son dos conductos delgados (entre 4 y 7 mm de diámetro), retroperitoneales y musculomembranosos que terminan en la base de la vejiga urinaria, dibujando un recorrido de 25-30 cm, con una parte abdominal y otra pélvica.
En su curso abdominal, los uréteres descienden verticalmente, apoyándose en la pared muscular abdominal posterior (a lo largo del músculo Psoas), cubierta por el peritoneo. Cuando entran en la cavidad pélvica, cruzan los vasos ilíacos comunes y comienzan su curso pélvico. Luego, en los hombres, los uréteres pasan por debajo de los conductos deferentes, mientras que en las mujeres pasan por debajo de las arterias uterinas. Finalmente, ambos uréteres llegan al fondo de la vejiga, donde se vacían, atraviesan la pared de la vejiga y siguen una trayectoria oblicua de arriba a abajo y de fuera a dentro. Esta trayectoria explica la ausencia de reflujo vesicoureteral cuando la vejiga está llena, y puede considerarse como una verdadera válvula fisiológica.
La pared de los uréteres está compuesta por tres capas: la mucosa, que recubre el lumen del tubo, la capa muscular intermedia, compuesta por células musculares lisas con actividad contráctil, y la serosa externa, compuesta por fibras conectivas.
La vejiga urinaria es un órgano muscular hueco situado en la cavidad pélvica. Es un depósito de orina con una capacidad fisiológica máxima de 800 ml, aunque en algunas enfermedades este volumen puede superarse ampliamente.
Cuando está vacía, la vejiga adopta una forma triangular con una base ancha situada posteriormente y hacia abajo, el fondo, el cuerpo de la vejiga se estrecha hacia delante coincidiendo en su borde anterior con el borde superior de la sínfisis púbica. La superficie superior (sobre la que descansa el útero en las mujeres) es ligeramente cóncava, a menos que contenga un gran volumen de orina (unos 700 cl), en cuyo caso la superficie superior forma una cúpula que cubre la sínfisis púbica.
En el fondo de la vejiga hay tres orificios, los dos orificios ureterales, separados por unos 4-5 cm, y el orificio uretral, donde comienza la uretra, que forman un espacio triangular llamado trígono vesical.
La capa muscular de la pared de la vejiga está formada por una potente red de fibras musculares lisas, el músculo detrusor, que permite una contracción uniforme de este órgano. La capa muscular está revestida internamente por la mucosa y la submucosa.
El orificio uretral y el comienzo de la uretra están rodeados por dos esfínteres: uno de control involuntario formado por haces del músculo pubovesical y otro de control voluntario formado por fibras del músculo transverso profundo del periné que forma parte del diafragma urogenital.
La uretra femenina es un conducto de unos 3-4 cm. de longitud, destinado exclusivamente a la conducción de la orina. Se origina en la superficie inferior de la vejiga, desciende en una trayectoria ligeramente cóncava hacia delante, entre la sínfisis del pubis por delante y la pared vaginal por detrás, y termina en el meato uretral externo de la vulva, entre el clítoris por delante y el orificio vaginal por detrás. Justo antes del meato, la uretra atraviesa el músculo transverso profundo del periné, que constituye su esfínter externo controlado voluntariamente.
La uretra masculina mide entre 20 y 25 cm de largo y está dividida en varios segmentos:
- La uretra prostática, un segmento de aproximadamente 3-4 cm de longitud y 1 cm de diámetro que atraviesa la próstata.
- Uretra membranosa de aproximadamente 1 cm de longitud, que pasa por el músculo perineal transverso profundo, el esfínter voluntario del conducto.
- Uretra esponjosa, que recorre la longitud del cuerpo esponjoso del pene hasta el meato uretral.